Hay s que no se han percatado, o que en ningún momento se habían planteado la relación entre el tiempo y la duración de la batería de su dispositivo móvil. En esta publicación os explicamos, de forma detallada, por qué en otoño e invierno dura más la batería que en primavera y verano.
Puede que no se cumpla la regla y que en un año concreto se registre un otoño demasiado caluroso, tanto como la primavera, o incluso más. En cualquier caso, lo más normal es que aquí, en España, experimentemos a lo largo del año un semestre frío y otro caluroso, pudiendo así diferenciar entre la temporada otoño – invierno con «mal tiempo» y la temporada primavera – verano con temperaturas más altas. Pero no es cuestión de ponernos a estudiar el tiempo, ni mucho menos, sino que queremos averiguar cuál es el motivo de que la batería de nuestro smartphone garantice una autonomía -duración- mayor durante los días de peor tiempo.
Aunque no todos los s son conocedores de este dato, la temperatura es un factor que condiciona el funcionamiento de nuestro teléfono inteligente o tableta, al igual que ocurre con otros parámetros como el nivel de humedad, entre algunos otros. Si habéis estado en lugares muy calurosos o muy fríos habréis comprobado que, en algunas ocasiones, nuestros dispositivos móviles lanzan «notificaciones de emergencia» para alertar al de una de dos: la temperatura es demasiado baja, o bien la temperatura es demasiado alta. Pues bien, esto nos bastará para comprender lo que viene a continuación, aunque no sin antes recordaros que recientemente hemos pasado el verano y que si en alguna ocasión habéis dejado vuestro terminal en la playa expuesto al sol durante un largo período, deberíais haber vivido uno de estos episodios.
En verano, los smartphones se exponen a temperaturas extremas
En invierno es probable que la temperatura ambiental baje de los 0 ºC. Ahora bien, nuestro teléfono inteligente suele estar en el bolsillo, cerca de nuestro cuerpo, donde la temperatura es más alta. Además, el propio funcionamiento regular del dispositivo supone de por sí una fuente de calor, lo que difícilmente permitirá que se baje incluso de los 5 ó 10 grados centígrados. Otra cosa es cuando vamos en invierno a la alta montaña, donde podremos encontrar fácilmente temperaturas de -10 ºC y, por lo tanto, sí podríamos encontrar problemas.
Ahora bien, en verano también es probable que nos encontremos con temperaturas superiores a los 35 ºC, y más probable aún es que la temperatura apenas baje de los 25 ºC. Si a esta «temperatura base» le añadimos el calor que genera el propio funcionamiento de nuestro teléfono inteligente, fácilmente alcanzaremos la temperatura máxima recomendada, lo que efectivamente tiene como consecuencia un consumo de batería irregular y, además, puede provocar ciertos problemas sobre el funcionamiento del dispositivo.