Hoy en día salir de casa sin el teléfono móvil en el bolsillo es algo que a muchas personas les pone hasta nerviosos, ya que se ha convertido en un dispositivo que, de manera equivocada o no, muchos consideramos como imprescindibles en el día a día.
Estos son unos aparatos que han alcanzado tal nivel de complejidad que nos permiten realizar multitud de tareas con un mismo aparato, algo para lo que hace solo unos años necesitábamos 4 o 5 dispositivos independientes. Hablamos de tareas tan comunes como escuchar música, buscar lugares, hacer fotografías, estar en o con el resto del mundo mediante la voz o textos, jugar, etc. Algunas de estas funcionalidades lo cierto es que mejoran nuestra calidad de vida, ya que podemos considerar que casi llevamos un ordenador en nuestro bolsillo, algo impensable hace poco más de una década.
Sin embargo para poder prestarnos todos estos beneficios, muchas de las herramientas de terceros que usamos para todo ello y que previamente hemos tenido que instalar en nuestro smartphone, necesitan conocer una buena cantidad de datos personales para poder darnos el mejor servicio posible en cada caso, lo cual no siempre es recomendable, al menos dependiendo del uso que hagamos de las mismas. Los datos propios que recopilan, en un principio de manera privada, tanto los sistemas operativos como las aplicaciones instaladas, son muchos, pero en este caso queríamos hacer referencia a un tipo en concreto y que se obtiene por medio de lo que se denomina como geolocalización.
Sirva como ejemplo que con el uso de aplicaciones móviles que centran parte de sus funciones en este tipo de localización, saben en todo momento nuestros hábitos, gustos, preferencias a la hora de desplazarnos, rutas habituales, etc. Todo esta información puede ser muy valiosa para multitud de compañías a la hora de, por ejemplo, vendernos sus productos a través de Internet. Asimismo algo cada vez más común es compartir nuestros desplazamientos, viajes y rutas directamente a través de redes sociales, por lo que un delincuente podría saber en todo momento por dónde andamos o el tiempo que vamos a tardar en volver a casa, incluso la ruta a seguir en el trayecto.
No es cuestión de ser alarmistas ni extremistas en este sentido, porque tampoco es cuestión de vivir en el miedo constante, lo único que hay que saber y ser conscientes de que en determinados casos, momentos o situaciones, hacer públicos todos estos datos personales acerca de nuestra ubicación y movimientos, no siempre es del todo recomendable, ya que no sabemos quién puede estar acechando para conseguir esa valiosa información.
Además, para terminar diremos que no todas las herramientas de terceros que instalamos en nuestros dispositivos nos piden nuestro consentimiento antes de hacer estos seguimientos, lo cual es aún más peligroso. Incluso hay veces que aceptamos sin darnos cuenta el compartir este tipo de datos, entre otros muchos que afectan a nuestra privacidad, por el simple hecho de no leer los acuerdos que suelen aparecer en pantalla al instalar un nuevo software.