Western Digital revolucionó a la industria del almacenamiento hace dos semanas cuando anunció MAMR, su nueva tecnología para conseguir discos duros de 40 TB antes de 2025. Esta tecnología le iba a permitir estar dos o tres años por delante de sus competidores a nivel tecnológico, pero Seagate no se ha quedado de brazos cruzados.
Los planes para los discos duros del futuro de Seagate pasan por HAMR
Seagate ha publicado en su blog cuáles son sus planes para los próximos años en respuesta a las afirmaciones que hacía Western Digital, su principal competidor en el sector de almacenamiento, sobre todo en el ámbito empresarial donde ambas compañías son la principal elección para servidores y data centers.
MAMR es una tecnología de almacenamiento que usa microondas para leer y escribir la información, y al no necesitar calor, Western Digital afirma que es mucho más fiable. HAMR, por otro lado, necesita calor (aunque se disipa en un nanosegundo y no afecta a la temperatura global de la unidad), y Western Digital ya mostró cuáles eran las supuestas desventajas de usar esta tecnología. Sin embargo, Seagate parece confiada con respecto a HAMR, y esta es la tecnología que la compañía va a usar en la próxima década para superar los límites de capacidad de los discos duros actuales.
Sea como sea, ambas tecnologías son bastante fiables y competirán por llegar al mayor número posible de discos duros. Actualmente los discos duros con helio son la mejor opción para grandes cantidades de almacenamiento sin sacrificar velocidad, gracias a que el helio es siete veces menos denso que el aire y permite al cabezal moverse más rápido con menos turbulencias. Al ir sellado, el disco duro también es resistente a que entre carbono que pueda dañarlo.
Para el año 2025 se espera que la cantidad de datos creados sea de 163 zettabytes (ZB), lo que equivale a 10 veces la cantidad de datos producida en todo 2017. Los discos duros seguirán jugando un papel clave en el almacenamiento gracias a los avances tecnológicos y una mayor fiabilidad frente a los SSD, además de un coste más reducido. El 70% de los datos para 2025 se seguirán almacenando en discos duros.