Los científicos no pierden de vista el Sol. Lo analizan y lo tienen bajo control porque conocen los riesgos que puede suponer para el planeta a largo plazo. En un último estudio, los expertos al cargo se han sorprendido al descubrir que, en 2024, habrá ciertos fenómenos inesperados. Y se avecinan algunos problemas.
Hasta ahora, los cálculos y pronósticos que se habían realizado acerca de la actividad del Sol, afirmaban que, hasta el año 2025, no se llevaría a cabo un periodo de actividad solar máxima. Estas estimaciones acaban de quedar corregidas a la vista de que, una nueva investigación, desvela que esto ocurrirá antes: en el próximo año.
No saben cuál es el motivo
Esto es lo más preocupante. El conocimiento que se tiene del Sol es amplio y exhaustivo. Los científicos llevan décadas estudiándolo por la importancia que tiene y estiman que el ciclo de actividad solar llega a su máximo una vez cada once años. La última vez se produjo en el año 2014 y se pensaba que, por lo tanto, hasta el verano de 2025 no se llegaría a producir otra situación igual. No obstante, el nuevo estudio recalcula todo lo que sabían hasta ahora y llega a una conclusión diferente, situando el máximo de la actividad solar en mediados del próximo año 2024.
los satélites de StarLink.
Además de esto, hay casos previos en los que estos máximos de actividad solar han provocado apagones en ciudades y problemas en las señales de GPS, así como averías en otro tipo de tecnología. Dicho esto, es difícil pronosticar exactamente cómo se verá afectada la Tierra por la actividad que se espera para mediados de 2024. Primero de todo, la intensidad será superior a la esperada y estará por encima de la que se ha registrado en otras ocasiones. Eso podría llevar a que se genere una tormenta solar, lo que aumentaría los daños y, en el caso de los satélites, los sometería a un nivel de estrés que podría acabar con una gran parte de ellos.
Por otra parte, también influiría la dirección en la que se disparase la energía del Sol y si la Tierra estaría directamente en la línea de tiro o no. Esos son factores que podrían alterar el grado de gravedad de la situación. No obstante, incluso en los casos más complejos, el planeta debería estar a salvo, puesto que el campo magnético de nuestro planeta nos protegería. Se minimizarían los daños de nivel apocalíptico que mencionábamos antes y los efectos provocados por la «onda expansiva» del impacto contra el campo magnético afectarían, como hemos mencionado, a la tecnología. También podríamos llegar a ver la aurora polar, pero es un fenómeno tan bonito que nadie se quejaría por eso.