En nuestro día a día dependemos del cajero automático mucho más de lo que nos gustaría. Aunque ya paguemos con tarjeta de crédito en todo tipo de lugares y que en otros incluso usemos el móvil, lo cierto es que el efectivo sigue siendo el rey. El problema es cuando te encuentras con un problema en el cajero, algo que no resulta tan infrecuente. ¿Cuáles son los más habituales y qué es lo que puedes hacer al respecto?
Si haces memoria, seguro que recuerdas más de un incidente con un cajero automático. Llevamos usándolos décadas y por simple probabilidad es más que posible que hayamos tenido algún encontronazo que otro. Algunos pueden acabar en una anécdota, pero en otros casos las consecuencias son más serias.
Sacas una cantidad errónea
Puede pasar tanto recibiendo menos como recibiendo más. En el primero de los casos pondrás el grito en el cielo preguntándote dónde está tu dinero. Y en el segundo, al menos al principio, lo celebrarás. Es más que probable que te venga a la cabeza esa cita de Terminator 2 en la que el joven John Connor dice «dinero fácil». Pero no creas que es tan fácil, puesto que acabarás sufriendo las consecuencias y deseando que tu cajero nunca te hubiera dado más de lo debido.
Además, hay algunos delincuentes que han ideado rios que se colocan en la ranura de entrada y que sirven como lectores falsos de la tarjeta. Están conectados al sistema original del cajero, de forma que tú puedes hacer la operación sin ningún tipo de error. De lo que no te das cuenta es de que ese rio ha hecho una copia de los datos introducidos, cayendo así en manos de los delincuentes.
Por último, no te olvides de lo importante que es esperar a que la sesión de retirada de efectivo se haya cerrado para que puedas dejar el cajero libre. Cada vez hay modelos de cajero más avanzados y algunos permiten continuar la sesión incluso al devolverte la tarjeta, poro lo que debes ser muy cuidadoso con ello.