Las radiofrecuencias son clave en el mundo actual, ya que se usan para todo tipo de telecomunicaciones. Al haber tantos dispositivos haciendo uso de ellas, no es raro que haya interferencias. Algunas pueden ser simplemente molestas, pero en otras situaciones pueden llegar a poner en peligro la vida de personas, tal y como afirman ahora con el 5G.
En concreto, AT&T y Verizon han acordado retrasar el lanzamiento del 5G en la banda C justo un día antes de cuando se esperaba realizar el lanzamiento masivo por todo el país. El 31 de diciembre, El secretario de Transporte de los Estados Unidos, Pete Buttigieg, y el jefe de la istración Federal de Aviación (FAA), Steve Dickinson, enviaron una carta a los operadores alertando de los problemas que podría generar ese despliegue.
¿Interferencias en la Banda C del 5G?
La banda C del 5G abarca las frecuencias que van desde los 3,7 hasta los 3,98 GHz. En la carta, afirman que esa banda de frecuencia puede generar interferencias peligrosas en los altímetros utilizados por los aviones. Por ello, piden que los operadores no activen esas frecuencias en antenas próximas a aeropuertos.
Los operadores, sin embargo, se han quejado de este bloqueo, afirmando que los altímetros no operan cerca de la banda C del 5G. Los altímetros utilizan frecuencias entre los 4,2 y 4,4 GHz, mientras que la banda C que van a desplegar hará uso de la parte que va desde los 3,7 a los 3,8 GHz, por lo que hay bastantes frecuencias intermedias como para garantizar que no habrá frecuencias que van desde los 3.710 hasta los 3.800 MHz, que son los que están mirando con lupa en Estados Unidos para analizar si causan o no interferencias.
Sin embargo, esas frecuencias llevan usándose ya meses en la Unión Europea, y no se ha reportado ningún caso de problemas ni interferencias, tal y como afirma la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA). Francia, actualmente, no opera 5G cerca de los aeropuertos como precaución.
Por ello, los miedos de la FAA parecen no tener un gran fundamento, pero es bueno que se analice detenidamente cualquier posibilidad de interferencia. Aterrizar con una pista cubierta entera por nubes requiere que los radares funcionen a la perfección, ya que no es posible hacer aproximaciones visuales.