A veces, tenemos problemas de conexión en nuestro router y puede que la causa sea un cable de fibra roto. Aunque las operadoras suelen tardar poco en solucionar una avería, muchas veces necesitamos que sea inmediato si estamos teletrabajando o necesitamos Internet con urgencia. Hay varias causas que pueden hacer que no funcione y dependerá de una u otra que sigamos unos pasos o que compremos o no el cable, por ejemplo. Si el problema está en el latiguillo, podrás solucionarlo cambiándolo por otro, pero debes saber algo antes de hacerlo y te explicamos qué tener en cuenta.
Además, también necesitarás un láser. Una herramienta que se utiliza para detectar el punto de rotura de un cable. El láser ilumina el interior del cable con una luz roja para detectar la rotura con mayor facilidad. Solo tendrás que conectar el cable a la punta del láser y encenderlo. Si la luz del láser sale por el otro extremo del cable, no habrá ningún problema y sabremos que está funcionando correctamente, pero si ves un punto de luz a lo largo del latiguillo, no. Si ocurre esto, sabrás que el cable está roto y necesitarás sustituirlo por uno nuevo.
En ese caso, ¿qué cable compramos? Vemos en qué debes fijarte.
Qué cable comprar
Una vez hemos detectado que la avería proviene del latiguillo, podemos cambiarlo por nuestra propia cuenta. Para ellos solo tendremos que comprar un latiguillo de características similares al que se ha averiado, pero ¿qué características son esas y qué debemos tener en cuenta a la hora de comprar uno nuevo?
En primer lugar, debes prestar especial atención al conector. Necesitarás que los conectores sean del tipo SC/APC para que encajen perfectamente en la roseta y el router sin que tenga pérdidas de señal. Además, a la hora de conectarlo, deberás fijarte bien en la posición. Los conectores de fibra óptica tienen un pequeño borde que indica la posición en la que hay que conectarlo.
Por otro lado, tendrás que tener en cuenta la longitud del cable. Mide la distancia entre la roseta y tu router y elige un cable que no quede demasiado tenso ni que sea demasiado largo. Así evitarás futuras averías por algún tirón inesperado o dobleces que tengas que hacer si es demasiado largo. Al conectar el cable, lo más aconsejable es dejarlo holgado y asegúrate de no hacer ningún nudo para que quede más recogido.